24.8.10

Conceptos fundamentales sobre la NFPA y su actividad en Latinoamérica






Por Eduardo D. Álvarez

Una nota sobre la actividad de la NFPA debe comenzar con el análisis de su nombre. La sigla NFPA corresponde en español a la Asociación Nacional de Protección contra Incendios. Si bien el término “nacional” parece acotar su función a su país de origen, los Estados Unidos, la utilización y adopción de los códigos y normas de la NFPA en otros países, sobre todo de Iberoamérica, hace que la acción de la NFPA sea internacional.

La actividad más importante de la NFPA, y por la que más se la conoce, es la redacción de normas y códigos contra incendio. Estos documentos normativos se han convertido en una de las referencias de mayor valor al momento de tomar decisiones sobre cómo proteger las vidas y los bienes de la acción del fuego. Los requisitos de las normas NFPA deben entenderse como requisitos mínimos que permiten obtener un nivel de garantía respecto de la salvaguarda de las personas y de los activos de una empresa. De aquí surgen dos aspectos importantes: si hacemos menos de lo que piden las normas NFPA, no logramos esa garantía y, en segundo lugar, nada impide que hagamos más y estemos protegidos por sobre ese mínimo normativo.

El cumplimiento de los requisitos de las NFPA no debe entenderse como que permite obviar las exigencias de los códigos locales que se encuentran vigentes en una ciudad o un país. En efecto, ante todo debe cumplirse la ley, es decir aquello que tiene una obligación legal. Por lo tanto, a menos que nos encontremos en uno de los países que han adoptado algunas normas de la NFPA como propias, lo correcto es cumplir tanto los requisitos legales como los requisitos de la NFPA. Con ello estaríamos cubiertos legal y técnicamente.

Suele considerarse que la protección obtenida mediante la aplicación de las normas de la NFPA es mayor que la obtenida por la aplicación de códigos locales. Al respecto existen dos vertientes, dado que la condición de mayor protección depende de cada punto de cada código. Algunos requisitos locales en Iberoamérica, son, por circunstancias, justamente, locales, más exigentes que aquéllos que pueden leerse en las normas y códigos de la NFPA. En otros casos, por el contrario, los códigos locales son menos exigentes o bien no legislan respecto del tema. Nuevamente la solución es, como dijimos, aplicar ambos documentos simultáneamente.

Para ello existen dos tipos de normas NFPA que podemos nombrar en nuestro contexto. Éstas son las normas de instalaciones y las normas de obligación. Las primeras nos dicen cómo calcular e instalar, por ejemplo, un sistema de rociadores automáticos; las segundas, nos indican dónde, en cuál edificio, son necesarios los rociadores automáticos o cualquier otro sistema o metodología de protección. Desde hace décadas se aplican, en Iberoamérica, las normas de instalación. Nadie que pretenda calcular e instalar seriamente, por ejemplo, un sistema de gases de extinción, un sistema de detección y alarma o un sistema de rociadores automáticos, puede obviar la norma pertinente de la NFPA.

Sin embargo, resulta más complicado hacer ver la importancia de aplicar las normas de obligación, como el NFPA 101. Esto ocurre porque cuando alguien, empresa, propietario o constructor, decide que debe estar protegido mediante, reitero el ejemplo, un sistema de rociadores automáticos, ya no queda discusión posible. Nadie duda que, para implementarlo, debe aplicarse la NFPA 13. El problema aparece cuando, analizando los requisitos de una norma como el NFPA 101, le decimos a un propietario que si quiere proteger su hotel de veinte pisos, deberá colocarle un sistema de rociadores. Allí inmediatamente surge el argumento sobre la inexistencia de un requisito legal al respecto. La solución integradora es que debemos protegernos por sobre los requisitos legales y, obviamente, esta protección es absolutamente voluntaria.

El sector asegurador suele tener alguna injerencia en el tema dependiendo de la compañía de seguros de la que se trate. Las compañías serias, generalmente internacionales, buscan reducir los riesgos de incendio y se constituyen en un apoyo muy importante para la aplicación de las normas NFPA. Otras compañías, por el contrario, sólo pretenden mantener al cliente sin molestarlo demasiado. El resultado de éstas últimas es que el cliente cree estar correctamente protegido porque la aseguradora no le exige protección adicional y entre la palabra de la aseguradora con la que opera desde hace años y la de un consultor que recién conoce, se queda, erróneamente, con la primera.

Asimismo, corresponde destacar los puntos en común que existen entre la seguridad vinculada con la protección física (security) y la seguridad contra incendios. Los objetivos son los mismos: protección de la vida y de los bienes, por lo que, necesariamente, han de existir muchos puntos de contacto; los dos primeros que podemos plantear son las recientes normas NFPA 730 y NFPA 731 que tratan específicamente los sistemas de seguridad física, lo que, en inglés, denominamos security. Además, la integración de sistemas en los grandes edificios de altura, presentan numerosos encuentros entre ambos sistemas. Quizá lo más importante es entender que no se trata de sistemas opuestos, sino complementarios. El que la NFPA haya redactado normas sobre el particular muestra claramente este aspecto. De hecho, la tecnología de detección de humo por video es otra evidente interacción entre ambas disciplinas.


Debemos entender que la aplicación de las normas no es una tarea de la NFPA sino de cada uno de nosotros como usuarios o como profesionales. Con el cumplimiento de los requisitos de la NFPA obtenemos un nivel de protección que corresponde al actual conocimiento de la ciencia y de la técnica. Difícilmente podamos encontrar un cuerpo normativo de más de trescientas normas y códigos con similar grado de integración entre sí y de actualización permanente.

Podría pensarse que, una vez que se decide aplicar una dada norma, es una acción obvia y natural cumplir con los requisitos normativos que contiene. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto. En nuestra tarea profesional como consultores nos encontramos muy frecuentemente con pliegos de especificaciones en los que se exige el cumplimiento de las normas NFPA; pero, al instalar el sistema, el contratista no aplica totalmente los requisitos y el propietario no los exige. Al respecto se escuchan frases como “aplicamos las NFPA pero no estrictamente”, “adaptamos las NFPA a nuestro país” o bien “las NFPA no pueden aplicarse totalmente”; todas afirmaciones sin fundamento y originadas, generalmente, en el desconocimiento. El resultado es que no se obtienen las garantías de eficacia razonable que ofrece la norma. Es decir, no recibimos el principal beneficio que ofrecen las normas: la protección.

Esta situación puede revertirse a través de la segunda actividad por la que se conoce a la NFPA fuera de los EE. UU.: la capacitación técnica, lograda a través de la organización o participación en foros técnicos sobre protección contra incendios y de seminarios de la especialidad. Este es un objetivo permanente de la Dirección de Programas Internacionales de la NFPA. Un encuentro importante que se realiza todos los años es la Exposición NFPA de Incendio y Seguridad en México, en el mes de noviembre y el próximo evento de importancia es la Exposición de Incendio y Seguridad de las Américas, que tiene lugar, también anualmente, en Miami a fines de julio. Además, los seminarios de formación profesional se desarrollan periódicamente en todos los países de Iberoamérica y también actividades especiales como la Presentación del NFPA 101 organizada por el IRAM y la NFPA en Buenos Aires en diciembre pasado.

A fin de ser precisos, actividades como las citadas no apuntan exclusivamente al mayor conocimiento de las normas NFPA sino a mostrar los principios y conceptos sobre los que se fundamentan los requisitos que aparecen en las normas. El objetivo de la NFPA es la protección de personas y bienes, cuanto mejor se conozcan los principios de protección y las normas y códigos que los aplican, mejor se cumplirá este objetivo.

Resulta imposible realizar estas tareas sin una colaboración local en cada país de América Latina. Es así que los miembros de la NFPA prestamos nuestra ayuda a los objetivos que comentamos, a través de nuestra tarea profesional en el ámbito que nos toca trabajar y mediante agrupaciones que reúnen a los miembros para potenciar el trabajo en común. Me estoy refiriendo, concretamente, a los Capítulos Nacionales y a la Sección Latinoamericana.


Los Capítulos Nacionales son la unión de los miembros de la NFPA de un mismo país. Existen Capítulos en Argentina, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y México. Estos Capítulos focalizan su actividad de acuerdo con las necesidades propias de cada país. La Sección Latinoamericana, por su lado, es también una reunión de miembros pero abarca, como surge de su nombre, a toda la América de habla española y portuguesa. En ella se propende lograr que los criterios de la NFPA y sus objetivos de protección, lleguen de la mejor manera a todos los profesionales y usuarios de la región.

Las normas y códigos de la NFPA constituyen un cuerpo normativo con permanente actualización tecnológica. Desde 1896 estas normas están salvando vidas y protegiendo bienes, ¡apliquemos las normas y apliquémoslas completamente!

El ingeniero Eduardo Álvarez es director de EDAR Ingeniería, consultores en ingeniería contra incendio y preside la Asociación de Profesionales contra Incendio de la República Argentina.


Nfpa Latino

BUEN VIDEO DE BOMBEROS

MANUAL PARA BOMBEROS





S.E.P.E.I. (Servicios Especiales y de Prevención y Extinción de Incendios)

Cursos de Iniciación y Reciclaje 2003
Albacete
ESPAÑA

Este Manual para Bomberos es una reedición y actualización del editado en 1993
por el S.E.P.E.I. (Servicios Especiales y de Prevención y Extinción de Incendios) de
la Diputación de Albacete con el objetivo de ofrecer una documentación básica que
pueda ser de utilidad tanto para los aspirantes a bombero como para los profesionales
y voluntarios, que puedan ver en este documento una herramienta de trabajo que
complementa sus conocimientos teóricos.


Pedro Antonio Ruiz Santos
Presidente de la Diputación de Albacete

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Opciones alternativas de Rescate









Cuando la vía más corta, más simple y más directa no se halla disponible



Los departamentos de bomberos están entrenados y equipados para utilizar diversos métodos para el rescate de ocupantes atrapados en un edificio en llamas. Los ocupantes deberán ser rescatados por la vía más corta, más simple y más directa que se halle disponible. Para retirar a los ocupantes desde las plantas superiores de un edificio, las escaleras interiores son, sin duda alguna, la mejor opción de rescate, siempre que las antesalas y las mismas escaleras sean seguras para el uso de los ocupantes. Excepto cuando hubieran sido dañadas por el incendio o fueran intransitables debido a la presencia de humo o fuego, las escaleras son la vía más estable y que menos riesgos plantea para salir hacia el exterior, a un área segura.

Cuando las antesalas y escaleras estén cubiertas de humo, la extinción y una ventilación adecuada permitirán optar por otras vías de salida, como medios de egreso seguros y prioritarios. Los ocupantes que estén en condiciones de trasladarse y que no hubieran quedado atrapados por el fuego podrán caminar de manera segura por las escaleras interiores con una mínima ayuda de los bomberos. Las víctimas que no puedan movilizarse o incapacitadas requerirán asistencia para usar las escaleras y podrían necesitar ser trasladadas para salir del edificio.

En determinados casos, la intensidad del fuego, las condiciones derivadas de la presencia de humo, y los daños estructurales hacen que resulte imposible para los ocupantes usar las escaleras internas. Si ello ocurre, deberán tomarse en consideración otros métodos de rescate.




La disposición y condiciones del edificio indicarán cuáles son las mejores alternativas para el rescate. La mayoría de los edificios no están equipados con salidas de escape para incendios, y con frecuencia en aquellos edificios que sí disponen (en general construcciones más viejas) la estabilidad de las mismas es cuestionable. Sin embargo, si se dispone de salidas de escape para incendios estructuralmente firmes, las mismas serán generalmente consideradas como segunda alternativa para rescates. Las salidas de escape para incendios no requieren que los bomberos coloquen escaleras u otros equipos de rescate, y una salida de escape para incendios estructuralmente firme servirá como medio de egreso seguro para grandes volúmenes de personas.

Los ocupantes del edificio generalmente conocen la ubicación de las salidas de escapes para incendios. Es habitual que los bomberos encuentren que los ocupantes intentan utilizar los escapes para incendios cuando no pueden transitar por las escaleras interiores. Y, si bien para muchos de los ocupantes las salidas de escape para incendios constituyen una vía de egreso más riesgosa, las utilizarán como primera opción por su proximidad, aún cuando las escaleras estén libres de humo.

Si la presencia de humo o fuego hiciera que los escapes de incendio se hallaran intransitables, será posible protegerlos con líneas de mangueras, o bien podría ser necesario emplear algún dispositivo aéreo o escaleras de mano para retirar a las víctimas de un escape para incendios cuando el fuego o el humo no pudieran ser controlados. Los dispositivos aéreos son considerados métodos de rescate de tercera prioridad. Constituyen una plataforma más estable que las escaleras de mano; y en el caso de que se emplee una plataforma aérea, una víctima inconsciente podrá ser descendida de manera efectiva. Es posible que sea necesario trasladar a una víctima utilizando una escalera aérea de línea recta, pero aún esta opción es más segura que la escalera de mano y requiere menor cantidad de bomberos.




A determinados edificios o partes de los mismos no puede accederse a través de dispositivos aéreos, y posiblemente requieran el uso de escaleras de mano, que revisten mayor complejidad para su correcta ubicación y son menos estables. Además, muchos ocupantes se muestran renuentes a salir por una ventana y subirse a una escalera portátil. Cuando se ha indicado el uso de escaleras de mano, es posible que se requiera la intervención de todos los miembros de la compañía del departamento de bomberos para rescatar a un solo ocupante. Muchos ocupantes necesitarán ser asistidos para acceder a la escalera desde el interior del edificio o para descender por la misma. Las víctimas que no puedan trasladarse por sus propios medios y/o discapacitadas necesitarán ser asistidas para descender por la escalera, lo que constituye una táctica ardua y peligrosa. Es por ello que podría requerirse la intervención de todo el plantel de bomberos para asistir a una sola víctima en su descenso por una escalera portátil, ya que probablemente los bomberos deban colaborar en la planta interior de la ventana, en la escalera misma, y en su extremo inferior.

Ascensores
El uso de ascensores para operaciones de rescate plantea una interesante cuestión. Profesionales de la seguridad contra incendios recomiendan a los ocupantes no utilizar los ascensores como medio de escape ante la presencia de fuego. Sin embargo, en determinadas circunstancias podrán utilizarse los ascensores para retirar a los ocupantes, bajo el control del departamento de bomberos. El uso de ascensores para evacuación podría justificarse en edificios subdivididos por construcciones resistentes al fuego. Si el ascensor estuviera alejado y separado del área del incendio y contara con un suministro de energía auxiliar, su uso para fines de rescate podría ser la mejor alternativa, especialmente para la evacuación de ocupantes que no puedan movilizarse. Sin embargo, el uso de un ascensor en el área próxima al incendio reviste peligro para todas las personas y debe ser evitado.

Otros métodos de rescate que requieran el uso de equipos especiales y de uso poco frecuente son más peligrosos, tanto para los bomberos como para las víctimas. La mayoría de los bomberos reciben entrenamiento en el uso de cuerdas de seguridad para auto rescate y para rescate de terceros. El uso de cuerdas con fines de rescate puede justificarse sólo en casos extremos, cuando las víctimas se hallen fuera del alcance de escaleras portátiles, aéreas y plataformas elevadas. Antes de recurrir a este método, deberán implementarse todas las acciones necesarias para llevar a cabo un rescate interior. Los rescates con cuerdas en general son extremadamente lentos y peligrosos.



Antes de proceder con cualquier tipo de rescate, se deberá determinar si el empleo de recursos limitados para el rescate de los ocupantes constituye la mejor alternativa. El concepto de defensa en el lugar se aplica en determinadas ocupaciones, como edificios de altura y establecimientos de cuidado de la salud, donde los ocupantes son retirados del área de incendio pero permanecen dentro de la estructura. Muchos edificios de grandes dimensiones son construidos de manera que permitan la aplicación de la estrategia de defensa en el lugar. Deberá tenerse en cuenta si es más seguro dejar que los ocupantes permanezcan en el lugar, en sectores del edificio que no hayan sido contaminados por los productos en combustión, o si es más adecuado evacuar a los ocupantes a través de corredores o huecos de escaleras cubiertos de humo. A medida que se toman en consideración métodos de rescate más complejos, el interrogante sobre la necesidad de rescatar a las víctimas adquiere una importancia fundamental. Si el fuego puede ser extinguido con rapidez o si el edificio se halla protegido por un sistema de rociadores, las estrategias de defensa en el lugar serán la mejor alternativa. Sin embargo, si en la evaluación de las dimensiones llevada a cabo por el Responsable de Comando del Incidente se indica que los ocupantes deben ser rescatados, se deberá entonces determinar cuáles son los medios más seguros y eficaces para retirar a los ocupantes del edificio.




Cuando los ocupantes permanezcan dentro de un edificio en llamas, se deberá primero determinar la necesidad de proceder con el rescate. Si fuera necesario retirar a las personas de un edificio de múltiples plantas, el uso de las escaleras interiores será la primera alternativa. Una vez tomada la decisión de retirar a los ocupantes del edificio, se deberá siempre aplicar los medios más seguros y eficaces disponibles.


Por Ben Klaene & Russ Sanders Adaptada del libro Combate de Incendios Estructurales